
Si ...
Fué tu voz, y esta vez me dijiste Te amo.
Hiba caminando hacia adelante, y fué tu voz la que me detuvo.
No podía ver tu rostro, pero sabía que eras tú,
así que puse mis manos sobre tu cara, y acerqué mi mejilla a la tuya
para sentir tu calor...
Retiré un mechón de pelo de tu oreja, fría y suave,
y te susúrré apenas perceptiblemente,
No me pidas que haga la locura, de creerte una vez más.
Y me quedé contigo, entre nebulosas y frío,
diciendo que no podría,
estando donde no debería,
y creyendo lo que cada día negaría...
Te AmO.